El territorio moroveño formaba parte del pueblo de Manatí, La distancia que los separaba obligaba a los  ciudadanos  de Morovis a recorrer largas distancias   para recibir los servicios. En 1815 un grupo de ciudadanos comandados por el señor Juan José de la Torre iniciaran un movimiento dirigido a separar ambos territorios. Basaron su petición en la distancia, el estado en que se encontraban los caminos que dificultaba la asistencia a misa y recibir la  atención de las autoridades municipales y sanitarias.

En 1817 el gobierno central aprobó la separación siempre y cuando se cumpliera con el compromiso de aumentar la población a por lo menos mil residentes y construir las edificaciones básicas de una Parroquia, la Casa del Rey, una carnicería y un cementerio. En 1818 quedo oficialmente establecido como pueblo.